El VCI – Inhibidor Volátil de Corrosión – se compone de compuestos orgánicos que inhiben el proceso corrosivo de los materiales metálicos, sin causar daños al medio ambiente. Este proceso ocurre tras la sublimación de los compuestos volátiles del VCI, de baja presión de vapor, generando una capa protectora en el material metálico. Esta barrera impide cualquier reacción de oxidación en el metal. El vapor no crea ningún residuo o película sobre el metal, evitando acudir a los procesos caros, prolongados e insalubres que supone la necesidad de eliminación de los residuos derivados de los protectores convencionales.
No requiere procesos posteriores de limpieza.
Piezas provistas de una buena presentación.
Protección química, resistencia mecánica.
No perjudica el medio ambiente.
La base orgánica funciona como un cargador pasivo y activo, que al volatilizar lleva consigo un anión inorgánico u orgánico. La tendencia natural es que se depositen en la superficie metálica, aconteciendo la formación de una película uniforme e invisible. Tras un determinado nivel de concentración de vapor, se establece un equilibrio que genera un perfecto intercambio entre el inhibidor que trae el embalaje y la superficie de metal. De esta forma, el mecanismo de condensación posee la misma velocidad que el mecanismo de vaporización, tal y como se muestra en el esquema siguiente.
Es la evolución del VCI (Inhibidor Volátil de Corrosión) y el más nuevo de los inhibidores orgánicos sintetizados por la empresa, con un excelente rendimiento en las fases de contacto y vapor. Su nombre se debe a su actividad y a las características de su migración entre compuestos, sin perder la estabilidad de su formulaciones. El V-active tiene una estructura molecular diferenciada, segura para las personas y para el medio ambiente que permanece activa en los substratos donde es aplicada: tintas, resinas, barnices, plásticos, fluidos, taladrinas, celulosas etc.
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